domingo, 8 de febrero de 2009
La novela grecolatina (El Satiricón)
CARACTERES GENERALES DE LA NOVELA GRECOLATINA.
Considerada en la antigüedad como un género poco elevado, genus humile, la novela ha surgido muy tarde en el curso de la evolución de los géneros literarios. Tanto la épica, como la lírica, el drama, la historia, etc., son géneros que podríamos llamar "cerrados", mientras que la novela es una forma esencialmente "abierta", es decir, no sujeta a las leyes rigurosas de los géneros "cerrados", ni mucho menos a las leyes, también rigurosas, de la elección lingüística.
Aunque es prácticamente imposible ofrecer una definición completa de la novela, se puede decir que supone siempre una narración de cierta extensión, una ficción que funde elementos de la realidad y del mundo de la fantasía, siempre con la vista puesta en la problemática del mundo humano. El mundo representado por la novela es siempre un mundo "antiheroico", burgués o popular, y en este sentido la novela se hace eco de los grandes ideales que habían dado lugar a la poesía épica.
Frente a la seriedad de los otros géneros, la novela pretende sólo distraer; es una literatura de evasión, de pasatiempo, y esto tanto en la novela griega como en la latina, como se puede deducir de la declaración de intenciones de Apuleyo (I, 1,1) que promete en su novela deleitar de un modo elegante. Ahora bien, mientras la novela griega estaba dirigida a un público masivo y poco cultivado que gustaba del carácter sentimental y de aventuras, la latina dirigió su atención a un círculo restringido y culto que prefería la narración cómico-paródica-satírica.
Sobre el problema de los orígenes de la novela se han planteado distintas opiniones. Desde los que creen que la formación de la novela griega y latina depende de la cuentística india, hasta los que insisten en su origen religioso, pasando por los que buscan sus precedentes en otros géneros literarios más antiguos y eminentes como la épica, la historiografía, la lírica y la retórica.
Respecto de la novela griega se ha señalado su origen en la combinación de dos motivos: el amor romántico y el de los viajes por remotas geografías; el primero en relación con la corriente lírico-dramática que en época helenística destacaba el tema amoroso sobre otros; el segundo en relación con la historiografía, sobre todo en su vertiente hacia lo fabuloso. Los dos motivos procederían directamente de las escuelas de retórica a través de la práctica de las declamaciones, en las que había confluido la corriente histórica y la lírico-dramática.
Origen religioso se ha buscado, también en la novela griega, en el motivo de la pareja de amantes separados y luego unidos, después de muchas peripecias ("anagnórisis"), el cual aparece como esquema típico de las novelas griegas. Sería el reflejo de la pareja egipcia Isis-Osiris.
En relación con la novela latina se ha insistido últimamente en el papel importante que ha debido desempeñar la historiografía latina anterior al Satiricón. Los historiadores romanos, más que los griegos, impusieron el gusto por lo fabuloso y aumentaron el peso de la significación ideológica hasta tal punto que se habla de "prenovelas" en Salustio y en Tito Livio.
En otra dirección también muy reciente se habla del papel decisivo de la novela breve en la creación de la novela, de modo que se ven antecedentes de Petronio y Apuleyo en las novelas breves de Ovidio (Met. IV, 55-166; VII, 800-862), de Fedro y de Valerio Máximo.
En relación con la novela breve, los estudiosos de la novela antigua han partido del presupuesto de la separación de ésta y de la novela, distinción recogida, por ejemplo, en francés con los términos nouvelle y roman, y en italiano, novella y romanzo. Creen que la diferencia entre una y otra no es sólo cuestión de tamaño, sino estructural, referida a la forma y al contenido. Así, la novela breve será mucho más simple y precisa, mucho más clara y cerrada que la novela, su ritmo más rápido, y, además, menos personal, más realista, pero menos idealizante que la novela.
Frente a esta opinión que distingue la novela de la novela breve, vinculando a ésta última con el cuento, se han dado argumentos en sentido contrario.
En efecto, existió en el mundo griego una famosa colección de novelas breves, las Historias Milesias de Arístides (siglo II antes de C.), traducidas al latín por Sisena (siglo I antes de C.).Estas narraciones, caracterizadas por su brevedad, obscenidad y habilidad narrativa, tuvieron, como veremos a continuación, una influencia enorme en los novelistas latinos, que las incluyeron en la trama de sus obras.
Este influjo en la constitución de la novela latina por parte de la novela breve ha llevado a sostener una estrecha relación entre ambos tipos, y ello por dos motivos:
a) novela breve y novela resultan estructuralmente entrelazadas en la Literatura Latina.
b) ninguna novela griega aparece antes del nacimiento de la novela corta de Arístides.
Hemos visto hasta el momento aspectos generales que conciernen tanto a la novela griega como latina. Es necesario que establezcamos ahora las diferencias entre una y otra.
Se ha definido la novela romana como "novela cómica", es decir, que no trata en serio los ideales morales ni el carácter idealizante de la novela amorosa griega, sino que contiene rasgos de índole paródica y picaresca. Otra diferencia puede venir dada basándose en la distinción general de tres tipos de novelas posibles; a saber:
a) novela de aventuras o histórica;
b) novela de investigación con un cierto alcance filosófico;
c) novela de ensayo.
Las categorías de la novela griega responden todas al primer tipo, es decir, son novelas de aventuras o históricas. En efecto, las anteriores al siglo II d. de C. son exclusivamente historias de amor, en donde la pasión amorosa motiva y dirige casi todas las aventuras de los personajes; en el siglo II aparecen las novelas históricas, como las que se refieren a la guerra de Troya o a la vida de Alejandro Magno; finalmente aparece otra categoría en la que se mezclan amores y múltiples aventuras.
Las novelas latinas pertenecen, en cambio, al segundo tipo, es decir, son novelas de investigación.
Que las obras de Petronio y Apuleyo pertenecen a una misma categoría de novela lo señalan claramente las siguientes afinidades:
a) narran las aventuras en primera persona;
b) tratan de obtener efectos de gran realismo;
c) prestan gran atención a las supersticiones populares;
d) sus héroes son, en realidad, "antihéroes";
e) se interesan en la pintura de costumbres, siendo abundantes las referencias al presente histórico;
f) buscan un nuevo estilo de vida, un estilo de vida concreto, por lo que se preocupan de la condición humana;
g) no faltan nunca acentos satíricos y paródicos;
h) sus personajes presentan una gran complejidad psicológica;
i) en la estructura de la novela se introducen variedad de novelas breves y cuentos;
j) presentan un estilo heterogéneo;
k) ficción satírica basada, en parte, en la tradición milesia;
l) temas fantásticos en conexión con la sátira menipea.
EL SATIRICÓN.
Esta obra ha ocasionado controversias apasionadas en torno a cuestiones tales como la identidad del autor, la fecha de su composición, las fuentes de la obra, e incluso al género donde se inscribe.
Título de la obra.
La tradición manuscrita y los escasos testimonios de autores antiguos (sobre todo Mario Victorino) coinciden en dar a la obra el título de Satyricon, aunque con variantes como Satirarum liber (códice P) o Excerpta Petronii Satirici (códice R).
El nombre de Satiricón, tiene en o que respecta a la forma origen griego, y por otra parte parece relacionado con un género más romano que otros, la sátira.
Nombre del autor.
Los códices y los escritores antiguos, como Servio, Mauro, Victorino, Prisciano, Macrobio, no son coincidentes en cuanto al nombre del autor: en unos casos aparece el nomen, Petronius, en otros el cognomen, Arbiter, y en otros ambos.
La deducción más plausible es que el autor fue Petronius Arbiter, aunque el cognomen puede ser, no el auténtico, sino el que la posteridad le atribuye al identificarlo con el Petronius Arbiter del que habla Tácito.
El praenomen nos es desconocido, pues sólo el manuscrito de Escalígero le atribuye un praenomen C., quizás por influencia de Tácito, pero no aparece en ningún otro lugar.
• La cuestión petroniana (este el título de un libro de Marmorale, publicado en 1948).
Fecha.
Poseemos un término post quem aparentemente claro. En los capítulos 119-124 el poeta Eumolpo declama un poema “sobre la guerra civil”en el que Petronio demuestra su conocimiento de la Farsalia de Lucano. Este poema fue publicado entre los años 60 y 64, de donde se puede deducir que la novela fue compuesta después de esta fecha. El otro extremo es el testimonio de Terenciano Mauro, que parece que vivió entre el 200 y el 260, que es el primero que cita a Petronio como una autoridad. Entre estos dos límites podemos situar la composición del Satiricón: entre los años 60 y 230 d. C.
Existen datos literarios, lingüísticos, económicos, etc., que hacen preferible la primera fecha:
- La proximidad temporal que parece existir con la obra de Lucano.
- Las coincidencias lingüísticas que se dan entre el Satiricón y los textos parietales pompeyanos.
- La aparición en la obra de cantantes, músicos, artesanos, etc., algunos de los cuales son conocidos por otras fuentes de la época, y cuya mención con muchos años de distancia no parecería normal, dada la efímera fama de estos personajes.
- Los puntos de contacto entre la situación económica que se vislumbra en el episodio de la cena de Trimalción y la del s. I.
- El uso que hace Trimalción de dos cognomina , uso de los libertos de la época imperial anterior a Adriano.
- La actitud generosa y benévola de Trimalción, cercana a los movimientos humanistas del s. I d. C.
Entre los partidarios de la datación más tardía, se han aportado dos ideas fundamentales, 1) la presencia en la cena de Trimalción de una supuesta manumissio per mensam, no documentada hasta el s. III , y 2) el estado de lengua coincidente, según Marmorale (1948) con la del s. III, no con la del s. I.
Las objeciones a la segunda idea se han multiplicado, considerando que una obra como esta, llena de variedad lingüística, el estado de lengua no es tal, sino más bien una cuestión de estilo.
Otros estudiosos han intentado, sin demasiada verosimilitud, situar la obra en el s. II. , e incluso hay quienes quieren ver tras la figura de Trimalción al emperador Galba.
Los datos aportados en un sentido o en otro hacen que la datación temprana de la obra sea la más verosímil: la contemporaneidad con Lucano, el trasfondo económico y el ambiente general de la obra.
Identificación del autor.
La familia Petronia, a la que el autor pertenecía según su nomen, era una gens distinguida. Dentro de la hipótesis de que el Satiricón es obra de época de Nerón, es interesante conocer los miembros de esta familia conocidos en esa época: Petronio Poncio Nigrino, cónsul el 37; Petronio Nigro, cónsul entre el 60 y el 70; Petronio Turpiliano, cónsul el 61; y Petronio Umbrino, cónsul el 81.
En distinta situación hay que situar al Petronio del que Tácito habla en los capítulos XVIII y XIX del libro XVI de Anales. Éste se tiende a identificar hoy con el Petronio Nigro citado antes. Tácito nos presenta a un hombre refinado, amante de los placeres y elegantiae arbiter de la corte de Nerón. Desde muy pronto se puso en relación este Petronio Arbiter con el que figura en la tradición manuscrita como autor del Satiricón. Ésta se ha visto favorecida por el que este Petronio tuviese el cognomen Arbiter, o que, al contrario, los códices le aplicasen tal cognomen por influencia de Tácito. Tácito no dice nada de este personaje como novelista, pero sí se refiere a su capacidad de escritor, que Tácito sitúa en los últimos tiempos de su vida. Pero, sin duda, lo más convincente es el carácter del personaje, coincidente con el espíritu que inunda el Satiricón.
Por tanto, aunque siempre en la hipótesis, cabe identificar al personaje de Tácito con el autor del Satiricón. Tácito trasladó a los últimos tiempos del personaje su actividad literaria en aras a un mayor efectismo, y para potenciar la sátira moralizadora y la crítica (ya consciente para los contemporáneos) a Nerón.
Género del Satiricón.
Bajo el punto de vista del contenido la obra presenta aventuras variadas. En los libros conservados aparecen como protagonistas Encolpio, Escito y el joven Gitón, por cuyos favores se pelean continuamente sus dos compañeros. Agamenón, profesor de retórica en una escuela de una ciudad de la Italia meridional, tiene un papel también importante. En compañía de éste, acuden Gitón y Encolpio a la cena que ofrece el nuevo rico Trimalción.
En el capítulo 83 aparece un nuevo personaje, el poeta Eumolpo, que narra el cuento del muchacho de Pérgamo, y que más tarde improvisa un poema sobre la guerra de Troya.
La narración cambia de escenario al embarcarse Encolpio, Gitón y el poeta. Durante la navegación se narra el cuento de la viuda de Éfeso. Acaban naufragando cerca de Crotona. Eumolpo declama un poema sobre la guerra civil. En Crotona trazan un plan para aprovecharse de los buscadores de herencias. La narración acaba cuando se da a conocer el testamento de Eumolpo.
Formalmente en la obra predomina la prosa, pero también hay versos, entre los que destacan los poemas sobre la guerra de Troya (89) y el poema sobre la Guerra Civil (119-124). La variedad de formas ha llevado a interpretar la obra de forma muy variada. Así se ha incluido en la novela (erótica o de viajes), la menipea, la fábula milesia, la tradición del mimo y la obra de crítica literaria.
La milesia es una creación del griego Arístides, de raíz popular e incluida en la tradición de cuentos. Son narraciones obscenas y picantes, con escenario habitual en Mileto o algunas ciudades de Jonia. En el Satiricón encontramos dos narraciones de este tipo: la de muchacho de Pérgamo y la de la matrona de Éfeso. Son pequeñas obras maestras donde se mezclan el pintoresquismo, las descripciones, la ironía... la Milesia tiene en el Satiricón una importante muestra, pero es sólo parte del conjunto.
La sátira menipea. Más importantes parecen las conexiones con este género, que ya desde su creación por Menipo de Gádara, se caracterizaban por la mezcla de prosa y verso. La obra presenta semejanzas, a la manera de las obras de Varrón, con las menipeas: la mezcla de prosa y verso, las narraciones en primera persona, los monólogos, algunos temas... El título mismo relaciona la obra con este tipo de sátiras. Las alusiones literarias, por otra parte, además de estrechar la relación, son más que un recurso estilístico, son un trasfondo de verdadera crítica literaria.
También se ha visto el Satiricón como una obra de carácter religioso e incluso moralizante. La cólera de Príapo es el motor de la acción en más de un lugar y lazo de unión de distintos acontecimientos. No obstante, la presencia de elementos religiosos no nos puede llevar a pensar en nada más que en meras alusiones, sin imprimir carácter a la obra. En cuanto a la presunta intención moralizante, es cierto que en clave satírica hay algo así, pero falta la moraleja y, sobre todo, la intención docente.
Si hay en el Satiricón, en cambio, un estilo narrativo, unos ingredientes temáticos, una estructura abierta y un carácter costumbrista típicos de la novela.
Cabe, pues, reconocer que el Satiricón, es una novela de gran originalidad en la que se entrecruzan otros géneros literarios como son la menipea de Varrón, la milesia, la tradicional satírica romana y la crítica literaria.
Lengua y estilo.
La lengua y el estilo de Petronio se caracterizan por su riqueza y variedad. El Satiricón tiene fuerza y colorido pero en él no hay lugar para la retórica, entonces de moda, que el propio Petronio censura por boca de sus personajes.
Es riquísimo también el léxico, que presenta algunos puntos de contacto con las sátiras de Varrón y Horacio.
Destaca Petronio en su capacidad descriptiva y en la pintura de personajes a través de una ironía utilizada certeramente.
Es muy interesante el empleo de ciertos rasgos estilísticos que, con una adecuada acumulación, llegan incluso a convertirse en procedimientos para diferenciar personajes, imitando así el habla de esclavos y libertos, en contraste con el de los aristocráticos personajes de la novela.
Es especialmente valioso para el conocimiento del latín vulgar el episodio de la “Cena de Trimalción”.
Según Devoto, es una “fuente de primer orden para el conocimiento de “novelas lingüísticas” en sentido cualitativo. En efecto, en la “Cena” encontramos una serie de novedades (léxicas, sintácticas, etc.) que hasta entonces sólo había aparecido aisladamente, y que constituyen una muestra espléndida del modo del habla latina usual.
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Somos la NO ELITE Laura y Consuelo, nosotras tambien nos hemos metido a tu blog; solo decirte que sigas poniendo las respuestas a los trabajos. bye
ResponderEliminarPero vamos a ver Santiago yo matándome a buscar cosas para el trabajo y cuando ya las tengo buscadas me meto en tu blog y veo que has encontrao lo mismo que yo. Qe fracaso jejejej!! Soy A.M
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