viernes, 27 de febrero de 2009

El Satiricón


Para trabajar sobre el Satiricón: información sobre el autor, la mujer en la obra y la homosexualidad. PINCHA AQUÍ

miércoles, 25 de febrero de 2009

sábado, 21 de febrero de 2009

Canon de belleza

Página con enlaces a artículos variados sobre los cánones de belleza en distintas culturas y épocas

miércoles, 18 de febrero de 2009

Wikisource

Biblioteca en línea con textos originales y su traducción, cuando procede. Se organiza por géneros, por países, etc.

Historia de las Religiones

Esta página puede ser útil para varios trabajos, sobre todo mediante la "búsqueda" y los "temas".

lunes, 16 de febrero de 2009

Ejercicios de latinismos

Ejercicio de latinismos para los alumnos de latín de 2º. Son varias páginas, en las que debéis elegir castellano, porque también están las oraciones en valenciano

viernes, 13 de febrero de 2009

Archivo del CSIC


El archivo del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) nos permite realizar búsquedas sobre muchos aspectos, tanto para trabajos de investigación, como para consultas en general.

Medicina

Un artículo interesante sobre las enfermedades y sus tratamientos a lo largo de la historia. Es necesario registrarse en scribd para descargar el documento

Células madre

Buena información sobre el estudio de las células madre.

Hallan varias momias de enorme valor arqueológico

Para un trabajo concreto (Sole y Sergio): hallan momias de enorme valor

jueves, 12 de febrero de 2009

Un lujo

Como todo no va a ser estudiar. Un lujazo: el "Jefe" y REM juntos. Impresionante

Conferencia del profesor Julio Mulero en nuestro Instituto

Dentro del proyecto "Goya Abierto", y especialmente vinculada al Bachillerato de Investigación, tuvimos la suerte de escuchar al profesor de la Universidad de Alicante Julio Mulero. La conferencia se centró sobre todo en la investigación en Matemáticas.

La Aventura del Saber

Videoteca de RTVE del programa "La Aventura del Saber". Interesante para los trabajos de investigación de varias materias.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Historia de los griegos

Lo mismo que hizo Montanelli con la Historia de Roma, lo hizo con los griegos. Fascinante. Es necesario registrarse en scribd

Historia de Roma

Nunca la historia de Roma se contó como lo hizo Indro Montanelli. Imprescindible para leer sobre Roma de una forma muy divertida, amena y llena de anécdotas. Para poder descargar el libro es necesario registrase en scribd

Textos sobre la Romanización de la Península Ibérica

Para leer Pincha aquí

domingo, 8 de febrero de 2009

La novela grecolatina (El Satiricón)


CARACTERES GENERALES DE LA NOVELA GRECOLATINA.
Considerada en la antigüedad como un género poco elevado, genus humile, la novela ha surgido muy tarde en el curso de la evolución de los géneros literarios. Tanto la épica, como la lírica, el drama, la historia, etc., son géneros que podríamos llamar "cerrados", mientras que la novela es una forma esencialmente "abierta", es decir, no sujeta a las leyes rigurosas de los géneros "cerrados", ni mucho menos a las leyes, también rigurosas, de la elección lingüística.

Aunque es prácticamente imposible ofrecer una definición completa de la novela, se puede decir que supone siempre una narración de cierta extensión, una ficción que funde elementos de la realidad y del mundo de la fantasía, siempre con la vista puesta en la problemática del mundo humano. El mundo representado por la novela es siempre un mundo "antiheroico", burgués o popular, y en este sentido la novela se hace eco de los grandes ideales que habían dado lugar a la poesía épica.

Frente a la seriedad de los otros géneros, la novela pretende sólo distraer; es una literatura de evasión, de pasatiempo, y esto tanto en la novela griega como en la latina, como se puede deducir de la declaración de intenciones de Apuleyo (I, 1,1) que promete en su novela deleitar de un modo elegante. Ahora bien, mientras la novela griega estaba dirigida a un público masivo y poco cultivado que gustaba del carácter sentimental y de aventuras, la latina dirigió su atención a un círculo restringido y culto que prefería la narración cómico-paródica-satírica.

Sobre el problema de los orígenes de la novela se han planteado distintas opiniones. Desde los que creen que la formación de la novela griega y latina depende de la cuentística india, hasta los que insisten en su origen religioso, pasando por los que buscan sus precedentes en otros géneros literarios más antiguos y eminentes como la épica, la historiografía, la lírica y la retórica.

Respecto de la novela griega se ha señalado su origen en la combinación de dos motivos: el amor romántico y el de los viajes por remotas geografías; el primero en relación con la corriente lírico-dramática que en época helenística destacaba el tema amoroso sobre otros; el segundo en relación con la historiografía, sobre todo en su vertiente hacia lo fabuloso. Los dos motivos procederían directamente de las escuelas de retórica a través de la práctica de las declamaciones, en las que había confluido la corriente histórica y la lírico-dramática.

Origen religioso se ha buscado, también en la novela griega, en el motivo de la pareja de amantes separados y luego unidos, después de muchas peripecias ("anagnórisis"), el cual aparece como esquema típico de las novelas griegas. Sería el reflejo de la pareja egipcia Isis-Osiris.

En relación con la novela latina se ha insistido últimamente en el papel importante que ha debido desempeñar la historiografía latina anterior al Satiricón. Los historiadores romanos, más que los griegos, impusieron el gusto por lo fabuloso y aumentaron el peso de la significación ideológica hasta tal punto que se habla de "prenovelas" en Salustio y en Tito Livio.

En otra dirección también muy reciente se habla del papel decisivo de la novela breve en la creación de la novela, de modo que se ven antecedentes de Petronio y Apuleyo en las novelas breves de Ovidio (Met. IV, 55-166; VII, 800-862), de Fedro y de Valerio Máximo.
En relación con la novela breve, los estudiosos de la novela antigua han partido del presupuesto de la separación de ésta y de la novela, distinción recogida, por ejemplo, en francés con los términos nouvelle y roman, y en italiano, novella y romanzo. Creen que la diferencia entre una y otra no es sólo cuestión de tamaño, sino estructural, referida a la forma y al contenido. Así, la novela breve será mucho más simple y precisa, mucho más clara y cerrada que la novela, su ritmo más rápido, y, además, menos personal, más realista, pero menos idealizante que la novela.
Frente a esta opinión que distingue la novela de la novela breve, vinculando a ésta última con el cuento, se han dado argumentos en sentido contrario.
En efecto, existió en el mundo griego una famosa colección de novelas breves, las Historias Milesias de Arístides (siglo II antes de C.), traducidas al latín por Sisena (siglo I antes de C.).Estas narraciones, caracterizadas por su brevedad, obscenidad y habilidad narrativa, tuvieron, como veremos a continuación, una influencia enorme en los novelistas latinos, que las incluyeron en la trama de sus obras.
Este influjo en la constitución de la novela latina por parte de la novela breve ha llevado a sostener una estrecha relación entre ambos tipos, y ello por dos motivos:
a) novela breve y novela resultan estructuralmente entrelazadas en la Literatura Latina.
b) ninguna novela griega aparece antes del nacimiento de la novela corta de Arístides.

Hemos visto hasta el momento aspectos generales que conciernen tanto a la novela griega como latina. Es necesario que establezcamos ahora las diferencias entre una y otra.
Se ha definido la novela romana como "novela cómica", es decir, que no trata en serio los ideales morales ni el carácter idealizante de la novela amorosa griega, sino que contiene rasgos de índole paródica y picaresca. Otra diferencia puede venir dada basándose en la distinción general de tres tipos de novelas posibles; a saber:
a) novela de aventuras o histórica;
b) novela de investigación con un cierto alcance filosófico;
c) novela de ensayo.

Las categorías de la novela griega responden todas al primer tipo, es decir, son novelas de aventuras o históricas. En efecto, las anteriores al siglo II d. de C. son exclusivamente historias de amor, en donde la pasión amorosa motiva y dirige casi todas las aventuras de los personajes; en el siglo II aparecen las novelas históricas, como las que se refieren a la guerra de Troya o a la vida de Alejandro Magno; finalmente aparece otra categoría en la que se mezclan amores y múltiples aventuras.
Las novelas latinas pertenecen, en cambio, al segundo tipo, es decir, son novelas de investigación.
Que las obras de Petronio y Apuleyo pertenecen a una misma categoría de novela lo señalan claramente las siguientes afinidades:
a) narran las aventuras en primera persona;
b) tratan de obtener efectos de gran realismo;
c) prestan gran atención a las supersticiones populares;
d) sus héroes son, en realidad, "antihéroes";
e) se interesan en la pintura de costumbres, siendo abundantes las referencias al presente histórico;
f) buscan un nuevo estilo de vida, un estilo de vida concreto, por lo que se preocupan de la condición humana;
g) no faltan nunca acentos satíricos y paródicos;
h) sus personajes presentan una gran complejidad psicológica;
i) en la estructura de la novela se introducen variedad de novelas breves y cuentos;
j) presentan un estilo heterogéneo;
k) ficción satírica basada, en parte, en la tradición milesia;
l) temas fantásticos en conexión con la sátira menipea.


EL SATIRICÓN.
Esta obra ha ocasionado controversias apasionadas en torno a cuestiones tales como la identidad del autor, la fecha de su composición, las fuentes de la obra, e incluso al género donde se inscribe.

Título de la obra.
La tradición manuscrita y los escasos testimonios de autores antiguos (sobre todo Mario Victorino) coinciden en dar a la obra el título de Satyricon, aunque con variantes como Satirarum liber (códice P) o Excerpta Petronii Satirici (códice R).
El nombre de Satiricón, tiene en o que respecta a la forma origen griego, y por otra parte parece relacionado con un género más romano que otros, la sátira.

Nombre del autor.
Los códices y los escritores antiguos, como Servio, Mauro, Victorino, Prisciano, Macrobio, no son coincidentes en cuanto al nombre del autor: en unos casos aparece el nomen, Petronius, en otros el cognomen, Arbiter, y en otros ambos.
La deducción más plausible es que el autor fue Petronius Arbiter, aunque el cognomen puede ser, no el auténtico, sino el que la posteridad le atribuye al identificarlo con el Petronius Arbiter del que habla Tácito.
El praenomen nos es desconocido, pues sólo el manuscrito de Escalígero le atribuye un praenomen C., quizás por influencia de Tácito, pero no aparece en ningún otro lugar.



• La cuestión petroniana (este el título de un libro de Marmorale, publicado en 1948).
Fecha.
Poseemos un término post quem aparentemente claro. En los capítulos 119-124 el poeta Eumolpo declama un poema “sobre la guerra civil”en el que Petronio demuestra su conocimiento de la Farsalia de Lucano. Este poema fue publicado entre los años 60 y 64, de donde se puede deducir que la novela fue compuesta después de esta fecha. El otro extremo es el testimonio de Terenciano Mauro, que parece que vivió entre el 200 y el 260, que es el primero que cita a Petronio como una autoridad. Entre estos dos límites podemos situar la composición del Satiricón: entre los años 60 y 230 d. C.
Existen datos literarios, lingüísticos, económicos, etc., que hacen preferible la primera fecha:
- La proximidad temporal que parece existir con la obra de Lucano.
- Las coincidencias lingüísticas que se dan entre el Satiricón y los textos parietales pompeyanos.
- La aparición en la obra de cantantes, músicos, artesanos, etc., algunos de los cuales son conocidos por otras fuentes de la época, y cuya mención con muchos años de distancia no parecería normal, dada la efímera fama de estos personajes.
- Los puntos de contacto entre la situación económica que se vislumbra en el episodio de la cena de Trimalción y la del s. I.
- El uso que hace Trimalción de dos cognomina , uso de los libertos de la época imperial anterior a Adriano.
- La actitud generosa y benévola de Trimalción, cercana a los movimientos humanistas del s. I d. C.

Entre los partidarios de la datación más tardía, se han aportado dos ideas fundamentales, 1) la presencia en la cena de Trimalción de una supuesta manumissio per mensam, no documentada hasta el s. III , y 2) el estado de lengua coincidente, según Marmorale (1948) con la del s. III, no con la del s. I.
Las objeciones a la segunda idea se han multiplicado, considerando que una obra como esta, llena de variedad lingüística, el estado de lengua no es tal, sino más bien una cuestión de estilo.
Otros estudiosos han intentado, sin demasiada verosimilitud, situar la obra en el s. II. , e incluso hay quienes quieren ver tras la figura de Trimalción al emperador Galba.
Los datos aportados en un sentido o en otro hacen que la datación temprana de la obra sea la más verosímil: la contemporaneidad con Lucano, el trasfondo económico y el ambiente general de la obra.

Identificación del autor.
La familia Petronia, a la que el autor pertenecía según su nomen, era una gens distinguida. Dentro de la hipótesis de que el Satiricón es obra de época de Nerón, es interesante conocer los miembros de esta familia conocidos en esa época: Petronio Poncio Nigrino, cónsul el 37; Petronio Nigro, cónsul entre el 60 y el 70; Petronio Turpiliano, cónsul el 61; y Petronio Umbrino, cónsul el 81.
En distinta situación hay que situar al Petronio del que Tácito habla en los capítulos XVIII y XIX del libro XVI de Anales. Éste se tiende a identificar hoy con el Petronio Nigro citado antes. Tácito nos presenta a un hombre refinado, amante de los placeres y elegantiae arbiter de la corte de Nerón. Desde muy pronto se puso en relación este Petronio Arbiter con el que figura en la tradición manuscrita como autor del Satiricón. Ésta se ha visto favorecida por el que este Petronio tuviese el cognomen Arbiter, o que, al contrario, los códices le aplicasen tal cognomen por influencia de Tácito. Tácito no dice nada de este personaje como novelista, pero sí se refiere a su capacidad de escritor, que Tácito sitúa en los últimos tiempos de su vida. Pero, sin duda, lo más convincente es el carácter del personaje, coincidente con el espíritu que inunda el Satiricón.
Por tanto, aunque siempre en la hipótesis, cabe identificar al personaje de Tácito con el autor del Satiricón. Tácito trasladó a los últimos tiempos del personaje su actividad literaria en aras a un mayor efectismo, y para potenciar la sátira moralizadora y la crítica (ya consciente para los contemporáneos) a Nerón.

Género del Satiricón.
Bajo el punto de vista del contenido la obra presenta aventuras variadas. En los libros conservados aparecen como protagonistas Encolpio, Escito y el joven Gitón, por cuyos favores se pelean continuamente sus dos compañeros. Agamenón, profesor de retórica en una escuela de una ciudad de la Italia meridional, tiene un papel también importante. En compañía de éste, acuden Gitón y Encolpio a la cena que ofrece el nuevo rico Trimalción.
En el capítulo 83 aparece un nuevo personaje, el poeta Eumolpo, que narra el cuento del muchacho de Pérgamo, y que más tarde improvisa un poema sobre la guerra de Troya.
La narración cambia de escenario al embarcarse Encolpio, Gitón y el poeta. Durante la navegación se narra el cuento de la viuda de Éfeso. Acaban naufragando cerca de Crotona. Eumolpo declama un poema sobre la guerra civil. En Crotona trazan un plan para aprovecharse de los buscadores de herencias. La narración acaba cuando se da a conocer el testamento de Eumolpo.
Formalmente en la obra predomina la prosa, pero también hay versos, entre los que destacan los poemas sobre la guerra de Troya (89) y el poema sobre la Guerra Civil (119-124). La variedad de formas ha llevado a interpretar la obra de forma muy variada. Así se ha incluido en la novela (erótica o de viajes), la menipea, la fábula milesia, la tradición del mimo y la obra de crítica literaria.
La milesia es una creación del griego Arístides, de raíz popular e incluida en la tradición de cuentos. Son narraciones obscenas y picantes, con escenario habitual en Mileto o algunas ciudades de Jonia. En el Satiricón encontramos dos narraciones de este tipo: la de muchacho de Pérgamo y la de la matrona de Éfeso. Son pequeñas obras maestras donde se mezclan el pintoresquismo, las descripciones, la ironía... la Milesia tiene en el Satiricón una importante muestra, pero es sólo parte del conjunto.
La sátira menipea. Más importantes parecen las conexiones con este género, que ya desde su creación por Menipo de Gádara, se caracterizaban por la mezcla de prosa y verso. La obra presenta semejanzas, a la manera de las obras de Varrón, con las menipeas: la mezcla de prosa y verso, las narraciones en primera persona, los monólogos, algunos temas... El título mismo relaciona la obra con este tipo de sátiras. Las alusiones literarias, por otra parte, además de estrechar la relación, son más que un recurso estilístico, son un trasfondo de verdadera crítica literaria.
También se ha visto el Satiricón como una obra de carácter religioso e incluso moralizante. La cólera de Príapo es el motor de la acción en más de un lugar y lazo de unión de distintos acontecimientos. No obstante, la presencia de elementos religiosos no nos puede llevar a pensar en nada más que en meras alusiones, sin imprimir carácter a la obra. En cuanto a la presunta intención moralizante, es cierto que en clave satírica hay algo así, pero falta la moraleja y, sobre todo, la intención docente.
Si hay en el Satiricón, en cambio, un estilo narrativo, unos ingredientes temáticos, una estructura abierta y un carácter costumbrista típicos de la novela.
Cabe, pues, reconocer que el Satiricón, es una novela de gran originalidad en la que se entrecruzan otros géneros literarios como son la menipea de Varrón, la milesia, la tradicional satírica romana y la crítica literaria.

Lengua y estilo.
La lengua y el estilo de Petronio se caracterizan por su riqueza y variedad. El Satiricón tiene fuerza y colorido pero en él no hay lugar para la retórica, entonces de moda, que el propio Petronio censura por boca de sus personajes.
Es riquísimo también el léxico, que presenta algunos puntos de contacto con las sátiras de Varrón y Horacio.
Destaca Petronio en su capacidad descriptiva y en la pintura de personajes a través de una ironía utilizada certeramente.
Es muy interesante el empleo de ciertos rasgos estilísticos que, con una adecuada acumulación, llegan incluso a convertirse en procedimientos para diferenciar personajes, imitando así el habla de esclavos y libertos, en contraste con el de los aristocráticos personajes de la novela.
Es especialmente valioso para el conocimiento del latín vulgar el episodio de la “Cena de Trimalción”.
Según Devoto, es una “fuente de primer orden para el conocimiento de “novelas lingüísticas” en sentido cualitativo. En efecto, en la “Cena” encontramos una serie de novedades (léxicas, sintácticas, etc.) que hasta entonces sólo había aparecido aisladamente, y que constituyen una muestra espléndida del modo del habla latina usual.

sábado, 7 de febrero de 2009

Cómo leer o consultar fuentes


LA ORGANIZACIÓN DE LOS DATOS.

Cómo leer o consultar las fuentes bibliográficas

Habiendo seleccionado el tema de investigación, buscado y localizado las fuentes, se plantea la instancia de cómo operar con ellas. Lo primero, antes de comenzar a leer indiscriminadamente sobre el tema en cuestión, es armar un fichero de bibliografía.

Resulta de utilidad hacer una marca o un tilde en lápiz en cada ficha bibliográfica por cada vez que ese trabajo se encuentra citado en diferentes bibliografías. La cantidad de marcas nos dará una idea de la importancia relativa de cada trabajo y será una guía para comenzar nuestra lectura.

Hay que discriminar cuáles son fuentes primarias y cuáles fuentes secundarias para nuestro trabajo, cuáles aportan datos en bruto y cuáles constituyen literatura crítica sobre el tema.

Puede leerse un libro de corrido, pero será conveniente fichar las partes que nos servirán para nuestro trabajo. Esto puede hacerse de diferentes maneras:

a) Si el libro es nuestro, puede hacerse subrayando, marcando y escribiendo en los bordes el motivo de nuestro interés en determinado pasaje.

b) Si el libro es consultado en una biblioteca habrá que fotocopiar la parte que nos interesa (marcando luego en la fotocopia de la misma manera que en el caso anterior) o hacer una ficha de lectura del mismo (ver infra).

b.1) Si se fotocopia, no debe olvidarse de anotar en la hoja fotocopiada todos los datos bibliográficos. Lo más seguro suele ser fotocopiar también la carátula (donde figura autor y título), la página siguiente (donde figura la editorial, número y fecha de edición, fecha de la edición original, título original si es traducción, traductores, copyright, etc.) y, eventualmente, la última página (donde figura la fecha de impresión).

b.2) Si se hace ficha de lectura, todos los datos anteriores deben anotarse en el encabezamiento de la ficha.

Tipos de fichas

1. Ficha bibliográfica

La ficha bibliográfica es una ficha pequeña, destinada a anotar meramente los datos de un libro o artículo. Estas fichas se hacen para todos los libros o artículos que eventualmente puedan ser útiles a nuestra investigación, no solo para los que se han encontrado físicamente o leído. En ellas se registran las fuentes encontradas, por ejemplo, en el catálogo de una biblioteca, en una

bibliografía, en índices de publicaciones, etc. Hay datos que resulta imprescindible registrar. A continuación indicamos esos datos con uno de los formatos que se pueden utilizar.

· Si se trata de un libro: Apellido, nombre del autor, año de publicación. Título. Lugar de publicación. Editorial. Si es una reedición o una traducción, en lo posible hay que registrar también los datos de la edición original que estén al alcance.

ü Miralles, C. (1968), La novela en la antigüedad clásica, Labor, Barcelona.

· Si se trata de un artículo en una publicación periódica: Apellido, Nombres del autor. Año. "Título", Nombre de la revista volumen y número, páginas que ocupa el artículo. Lugar

ü Ruíz de Pablos, F. (1994), “Los periódicos, medio didáctico para enseñar latín”, en Actas del VIII Congreso Español de Estudios Clásicos Vol III, pp.759-764. Madrid.

· Si se trata de un artículo en una antología: Apellido, Nombre del autor. Año ."Título", Título de la antología. Editor o Compilador.Lugar de publicación. Editorial

ü Klucklom, Clyde. (1953) "Universal categories of culture", en Anthropology today, A. Kroeber(ed.). Chicago. The University of Chicago Press, 507-523.

2. Ficha de lectura

Las fichas de lectura son fichas grandes (o directamente hojas), destinadas a hacer resúmenes, paráfrasis, citas textuales, comentarios o reflexiones propias sobre un determinado artículo o libro que se ha leído. Generalmente se necesitan varias fichas por cada fuente. Pueden ser reemplazadas por fotocopias de las partes que nos interesan, debidamente subrayadas, marcadas o anotadas por nosotros. Si el libro es de nuestra propiedad y podemos marcarlo directamente, esta ficha es innecesaria. Estas fichas serán las que nos servirán posteriormente para la redacción de nuestro trabajo.

Damos también una indicación de los datos que corresponde registrar.

En el encabezamiento de la primer ficha debe figurar la información bibliográfica completa; en cada página siguiente el autor, año y número secuencial de ficha, como para que se sepa a dónde pertenece cada hoja suelta.

Para cada cita, paráfrasis, resumen o comentario, es menester anotar la página del libro de donde se tomó. Hay que diferenciar claramente las citas textuales de nuestras propias palabras. Si introducimos palabras propias dentro de citas textuales, debemos colocar nuestras palabras entre corchetes. Si introducimos pequeñas citas textuales dentro de nuestro resumen, comentario o paráfrasis, tenemos que marcar los fragmentos textuales entre dobles comillas.

3. Ficha de conceptos

La ficha de conceptos es una ficha donde se anota en qué lugar se habla de determinada idea o tema que nos interesa registrar. Estas fichas se hacen incluso para los libros propios.

Se encabezan con el concepto, que generalmente es algún aspecto bastante restringido dentro de nuestro dominio. Se hacen a medida que se lee un libro, anotando, para cada concepto que nos interesa y que suponemos que podremos llegar a utilizar, simplemente los datos de la fuente (autor, libro) y el número de página donde aparece tratado. Posteriormente, cuando estemos interesados en tal concepto, podremos buscar en este fichero qué autores lo mencionan y lograremos en pocos segundos ubicar el dato

PERSISTENCIA DE LA VISION

- Aristóteles, Del sentido y lo sensible,

cap. 2 (437a/438a).

- Lozano, El color y su medición, 61-63.

- Baumgardt, Los mecanismos de la visión,

115,118.

4. Ficheros en ordenador

Existen programas de computación específicos para almacenar y recuperar datos, siendo las bases de datos lo más clásico de este tipo de programas. Las bases permiten incorporar cientos de millones de registros por cada fichero de datos. Con ellas se pueden realizar, entre otras, operaciones de:

- Visualización de registros parciales

- Ubicación de un registro específico

- Listado en pantalla o impresora de una serie de registros

- Hojeado de varios registros a la vez

- Agregado de nuevas fichas

- Ordenamiento o indexación del fichero

- Búsqueda de datos

- Conteo de determinados registros

- Unión de ficheros

Con procesadores de textos, como el Microsoft Word, el Word Perfect y otros, también es posible armar ficheros. La cantidad de registros posibles en un archivo es bastante más limitada que en el caso de los programas específicos para bases de datos, pero es de todas formas lo suficientemente grande como para formar una buena base de datos.

Para hacer un fichero en estos programas hay que crear un archivo e insertar los datos de manera tal que cada registro (el equivalente a una ficha manual) forme un solo parágrafo. Si se quiere que el fichero esté ordenado alfabéticamente por apellido,debe colocarse éste al inicio del parágrafo. Si se hace un fichero de conceptos, entonces debe colocarse la palabra que designa el concepto al principio del parágrafo. Estos procesadores de texto u otros similares permiten, entre otras, operaciones de:

- Ordenamiento alfanumérico y numérico

- Búsqueda de palabras o fragmentos de palabras

- Copiado directo de la bibliografía del fichero al escrito con el que se está trabajando por medio de tener abiertos ambos archivos en dos ventanas.

En ninguno de los dos casos, con programas de bases de datos o con procesadores de textos, es necesario hacer ficheros distintos para títulos, materias o autores, ya que por medio de las operaciones de búsqueda, se puede hallar cualquier palabra sin necesidad de que haya un ordenamiento alfabético.

· Por apellidos

ABRIL, Gonzalo. 1976. Signo y significación (Madrid: Pablo del Río). (JLC)

ACOSTA HOYOS, Luis Eduardo. 1970. Guía práctica para la investigación y redacción de informes

(Buenos Aires: Paidós). 49283 (Congreso). (JLC)

ADLER, Irving. 1958. The new mathematics (Nueva York: The John Day Company). (JLC)

ADLER, Robert. 1967. "Interaction between light and sound", IEEE Spectrum 4, mayo, 42-54. (JLC)

ADORNO, Theodor W. 1970. Asthetische Theorie (Frankfurt am Main: Suhrkamp Verlag). Trad.

española, Teoría estética (Madrid: Taurus, 1980).

ADROGUE, Esteban. 1934. La visión de los colores (Buenos Aires: El Ateneo).(Psicol UBA C.04.01

A243v)

AGREST, Diana y Mario GANDELSONAS. 1973. "Critical remarks on semiology and architecture",

compte rendu, Semiotica 9 (3), 252-271. (JLC)

AIC (ASSOCIATION INTERNATIONALE DE LA COULEUR). 1969. AIC Color 69, Proceedings of

the First Congress, Estocolmo, 9-13 junio, ed. Manfred Richter (Göttingen: Muster-Schmidt,

1970). (JLC parc.)

AIC (ASSOCIATION INTERNATIONALE DE LA COULEUR). 1989. AIC Color 89, Proceedings of

the 6th Congress, 13-17 marzo (Buenos Aires: Grupo Argentino del Color). (INTI 535.6:62

A844), CDU 535.6:62A

AIC (ASSOCIATION INTERNATIONALE DE LA COULEUR). 1993. AIC Colour 93, Proceedings of

the 7th Congress, Budapest, 13-18 junio, 3 vols., eds. A. Nemcsics y J. Schanda (Budapest:

Hungarian National Colour Committee). (JLC)

ALBERTI, Leon Battista. 1435. De pictura. Trad. inglesa parcial, "Of Painting", en The architecture of

Leon Batista Alberti, ed. Giacomo Leoni (Londres: Edward Owen, 1755). Trad. inglesa completa

por John R. Spencer, On painting (New Haven, Connecticut: Yale University Press, 1956). (JLC)

ARISTOTELES. 1831-1870). i.384-322 a.C. Aristotelis opera, ed. I. Bekker (Berlín: Academia Regia Borussica,

· Por conceptos

Abducción. PARRET, Semiótica y pragmática, 113. PEIRCE, Collected papers, 7.128.

Ames, trapezoide de (ilusión). LUCKIESH, Visual illusions, xii.

Apariencia. KANISZA, Gramática de la visión, 161-162.

Armonía. BOHM, en Leonardo 1, 141. GOETHE, Theory of colours, par. 362 nota C (definición de

Aristóteles).

Arquitectónica, ciencia de la. PREZIOZI, Semiotics of built environment, 3, 108.

Caricaturas. GOMBRICH y otros, Arte, percepción y realidad, 100.

Círculo cromático, cantidad de tintes. POPE y otros, Color in art, 36.

Color en la arquitectura griega. CHOISY, Historia de la arquitectura, 163-165. MARTIENSSEN, La

idea del espacio en la arquitectura griega, 84-90.

Color y forma. KANDINSKY, Concerning the spiritual in art, 45 ss. NEMCSICS, Colour dynamics, xi,

xii.

Color y sentido del gusto, analogía. ARISTOTELES, De sensu et sensibilia, 442a/12-30

Color, armonías. BIRREN, A grammar of color. BURCHET, "Color harmony attributes".

HESSELGREN, "Why colour order systems?": 222. JACOBSON, The color harmony manual

and how to use it. LOZANO, El color y su medición, 373-384. SPILLMAN, "Color order systems

and architectural color design".

Color, concepto psicofísico. NEWTON, Opticks, 124. OPTICAL SOCIETY OF AMERICA, The science

of color, 10-13.


TEORÍAS DE LA MITOLOGÍA.
En la antigüedad ya existía la Teoría alegórica de la interpretación de los mitos, que es la que sostiene que hay una racionalidad oculta tras el relato poético. Los mitos serán entonces grandes metáforas. Esta idea viene problematizada por la hermenéutica que constata las múltiples variaciones y manipulaciones que se pueden realizar en el ejercicio de interpretación de alegorías, lo que significaría que la racionalidad, más que existir en el texto, la pone el exégeta que lo interpreta. Sin embargo, lejos de querer justificar nuestras propias creencias leyendo los mitos tendenciosamente, el estructuralismo sostendrá que sí es posible desentrañar ciertos significados de los relatos míticos, cuya racionalidad no depende de ellos mismos, sino de formar parte de la estructura lingüística o gramatical, ciertamente universal, que rige los fenómenos del habla y la escritura.
También existió ya en la antigüedad otra teoría de la interpretación de los mitos conocida como Evemerismo. Teoría de Evémero de Mesene [i] (s.IV a.C.), según la cual, los dioses míticos no son más que personajes históricos de un pasado mal recordado, magnificados por una tradición fantasiosa. Esta teoría sería aceptada aún por el filósofo David Hume. (Evémero de Mesene: escritor de fines del s.IV a.C., hay que tener en cuenta que, como en tantos otros, su obra se ha perdido y se le conoce sólo por sus comentaristas).
Cicerón en su tratado Sobre la naturaleza de los dioses (libro II, 24-25), emplea tanto el alegorismo como el evemerismo al interpretar los mitos (cfr. también su tratado Sobre la adivinación, II, 37), y en el repertorio enciclopédico que son las Etimologías de Isidoro de Sevilla encontramos los ecos de ambas corrientes, tanto del evemerismo como de la interpretación alegórica (cfr.San Isidro Etimologías VII, 11). Los padres de la Iglesia utilizaron el evemerismo y la teoría alegórica en su lucha contra el paganismo y para descalificar los mitos no aprovechables por su doctrina. Lástima que no aplicasen estas investigaciones a sus propios mitos. A veces San Isidoro da varias posibles etimologías, como alternativas para un mismo dios, ya que le interesa menos ser preciso que indicar o sugerir el origen natural de las erróneas divinidades de los paganos (cfr.Etim.VII,11,30-34). En el Renacimiento, a la luz del neoplatonismo, muchos humanistas interpretarán los mitos, con el ánimo de entresacar de este legado antiguo unas enseñanzas cristianas, adaptando sus interpretaciones de la antiguedad greco-latina con el fin de justificar creencias judeo-cristianas.
En estas condiciones era fatal que se insinuara entre los humanistas renacentistas la misma idea a la que había llegado el paganismo crepuscular tras la época helenística y la llegada del cristianismo (Plotino), a saber: que todas las religiones se equivalen (ecumenismo), y que bajo formas diversas -sean a veces pueriles o monstruosas- se esconde una común verdad. Por eso Marsilio Ficino se inclina hacia una especie de teísmo universal con el platonismo por evangelio. La interpretación alegórica renacentista, ideológicamente interesada, encontró un gran foco en la Florencia del siglo XV, auspiciada por los Medicci, a quienes Ficino convenció de que el platonismo no era políticamente subversivo sino que podía servir a la salvaguardia de sus intereses.
En el s.XVII se acabó el culto pagano de la vida. Son los tiempos de Trento y la Contrareforma. El frágil equilibrio entre la admiración poética por la belleza y el culto pagano de la vida, y la fe cristiana, había hecho crisis, crisis como las criticas de Savonarola que lo llevarían a la hoguera, es el tiempo de la reacción. Los renacentistas no añadieron ningún método de investigación mítica a los ya existentes, el evemerismo y la teoría alegórica. Habría que esperar al s.XVIII para que surgiera el Método Comparativo en las investigaciones sobre historia de las religiones; tras el descubrimiento de Nuevos mundos y nuevas mitologías. Como precedente de la Mitología Comparada: enciclopedista y antropólogo Ch.De Brosses (1709-1777), amigo de Buffon y corresponsal de Voltaire, que fue quien acuñó el término fetiche tras tomarlo de algunos relatos de misioneros portugueses. Fetisso corresponde al español hechizo, y viene del latin factitium. Pero tiene un sentido muy concreto: un objeto inanimado (según nuestra concepción), que recibe un culto propio como si estuviera impregnado de poderes divinos o mágicos. La idea llegará hasta Karl Marx, quien nos hablará del fetichismo de la mercancia en su obra cumbre El Capital.
Al comenzar el siglo XIX empiezan a proliferar los estudios e investigaciones específicamente centradas en la Mitología, de la mano de la nueva disciplina conocida como lingüística, como la de F.Schlegel Von der Sprache und Weisheit der Indier (1808). F.Schlegel se apoya en la lingüística comparada para llevar a cabo su investigación.
Otro de los grandes precursores es F.Max Müller: (s.XIX -muere en 1900): algunos le han llamado el inventor de la mitología comparada. Sanscritista que desplegó en varios trabajos su brillante hipótesis de que la mitología podía explicarse recurriendo a la ciencia del lenguaje, esto es, a la filología. Se le tiene por tanto como el primero en aplicar la investigación filológica al terreno de la mitología comparada. Por ejemplo, afirma Max Müller, que en principio, todas las raíces lingüísticas indoeuropeas indicaban una actividad. De ahí que los aspectos mismos de la naturaleza fueran denominados con nombres activos. Luego detrás de esos nombres se supuso un agente personal, así nacieron los dioses particulares del politeísmo ario. Así pues mediante dos fases: el desconocimiento de una metáfora poética que aludía a un aspecto natural, y la adscripción de tal actividad a una figura creada por hipóstasis de un nombre mal interpretado, con olvido de su carácter apelativo original, aparecieron los dioses de la mitología aria. Cuando los arios se dispersaron por Europa y Asia llevaron consigo las metáforas de la etapa fundamental que luego florecieron poéticamente en sus varios sistemas mitológicos.
Pero en definitiva, el método de Max Müller resultaba demasiado reduccionista, enfocado exclusivamente desde el Análisis Etimológico en busca de los fenómenos naturales que representaban los mitos. M.Müller encontró su más ferviente seguidor en el folklorista G.W.Cox. Max Müller representó la primera etapa de la mitología comparada referida a las religiones indoeuropeas, partiendo de una base lingüística y filológica.
La escuela rival la constituyó El evolucionismo. Los partidarios de la explicación por la evolución a partir del salvajismo primitivo, como E.Tylor, L.Henry Morgan, H.Spencer y A.Lang ofrecieron una teoría alternativa a la de los comparacionistas. La tesis evolucionista sustituye el fetichismo por el animismo, o bien recurriendo a un primer estadio mental dominado por la creencia en la magia (como sostendrá J.Frazer de quien lo tomará Sigmund Freud) o imaginando una mentalidad primitiva prelógica y fabulosamente crédula (como sostendrá L.Lévy-Bruhl). Freud remitirá a los siguientes estadios evolutivos: animismo, totemismo, politeismo, monoteísmo y, finalmente, la era ciencia, en la que se superarían los anteriores.
Un lugar de honor entre los estudiosos evolucionistas de la Mitología ocupa Sir James Frazer. Su gran obra se titula The Golden Bough, y fue escrita en doce gruesos volúmenes. El nombre de La Rama Dorada alude al ramo de áureo muérdago que Eneas lleva en su viaje al más allá en la Eneida de Virgilio. La versión resumida por la mano del mismo Frazer, está traducida al castellano. Frazer realizó asimismo, una ya célebre traducción inglesa con notas de la Biblioteca de Apolodoro, uno de los compendios mitológicos más completos y famosos de la antigüedad. Entre sus obras destacan, además de la citada, Totem and Exogamy, 4 vols, 1910 (en la que se basará Freud al escribir Totem y tabú en 1913); y Folk-Lore in the Old Testament, 3 vols, 1908 (hay traducción castellana).

Con Frazer y la escuela evolucionista nos vemos ante el surgimiento de la moderna antropología cultural que va a ser decisiva para el progreso del estudio de las religiones y, por consiguiente, para las teorías de la Mitología. Además de la antropología evolucionista derivada de la teoría y obras de Darwin, importante resulta también la antropologia historicista de Boas.
Un antropólogo de origen alemán, que desarrolló su actividad en los Estados Unidos y se convirtió en la figura más influyente de la antropología norteamericana de las primeras décadas del s.XX, Franz Boas, fue también el primero y más contundente crítico del evolucionismo. Estudió física en Alemania y sus primeras investigaciones tuvieron que ver con la geografía. Muy joven todavía, conoció directamente la cultura esquimal y antes de final de siglo ya había presentado un trabajo que constituía un ataque directo al evolucionismo todavía imperante. No aceptaba el determinismo geográfico para explicarse la diversidad de las culturas. Se mostró escéptico ante los grandes esquemas evolucionistas y sus leyes universales, que el estudio de culturas individuales iban progresivamente debilitando, y defendió enconadamente la importancia del trabajo de campo.
Uno de sus postulados fundamentales era el conocimiento de la lengua del grupo estudiado. Boas propone llevar a cabo el estudio particular de una cultura y la busqueda de explicaciones a partir de sus circunstancias históricas y no de la influencia del medio (que para Boas sólo era limitativa no determinante). Estos procedimientos le llevaron hasta un enfoque que ha sido denominado como historicismo o particularismo histórico.
Boas supo sintetizar su interés por la reconstrucción histórica de culturas concretas con su obsesión por el trabajo de campo, uniendo así las influencias de su formación alemana con el interés etnográfico-empírico de la antropología norteamericana. De hecho, F.Boas no mostró prisa ninguna por formular leyes generales sobre la cultura e insistía en la necesidad de estudiar muchas culturas particulares y reunir una importante información etnográfica antes de aventurar ninguna ley universal.
Para el estudio detallado de una cultura intentó operar con unidades aislables (rasgos) capaces de agruparse en complejos y patrones culturales. La distribución de estos elementos sobre un espacio geográfico daría lugar a la delimitación de áreas culturales y al estudio de las relaciones de los grupos dentro de un área, lo que ya implicaba el concepto de difusión.
Por influjo de Boas, entre otros, se desarrolló por ésta época otro episodio importante de la historia de la antropología: el difusionismo. Es un hecho abundantemente comprobado que las culturas de diferentes sociedades o grupos humanos se ponen de alguna manera en contacto y los elementos de una pueden difundirse y ser aceptados por la otra. Sin embargo, no nos referimos aquí a este fenómeno de difusión sino a un intento que tuvo su auge especialmente en Europa alrededor de las primeras dos décadas del s.XX, para explicar el orígen y desarrollo de la cultura. Si los evolucionistas del s.XIX habían elaborado un esquema organizado en estadios, los difusionistas partían de la idea básica de que la humanidad es muy poco inventiva y que la mayor o menor distribución de los rasgos culturales se debían a su difusión desde unos centros determinados.
La posición más extrema, fue la de un pequeño grupo de antropólogos británicos asociados con la Universidad de Manchester (Elliott Smith y W.J.Perry, principalmente), que defendieron la hipótesis de que la civilización había surgido en Egipto y desde allí se había difundido por el viejo mundo y América.
Los que afirman la tesis de que la civilización se irradió por todo el mundo a partir de la primitiva cultura de Mesopotamia como foco primigenio, son los panbabilonistas propiamente dichos, aunque se suele designar con ese término a todo aquél que sostiene la idea de pangénesis vinculada a un determinado lugar como punto de partida; como quienes afirman que la India es ese principio de la civilización irradiado hacia todas partes.
En la antropología física y especialmente, en el neoevolucionismo actual, todavía se discute si el hombre surgió en Africa y a partir de ahí se extendió por el resto del planeta o si habrían existido varios brotes o focos geográficos en los que los primates evolucionaron hacia la especie homo, un sólo foco de difusión o la multidifusión; inclinándose los investigadores, mayoritariamente, hacia la teoría de la multidifusión, pese a que los restos más antiguos se hayan encontrado en el continente africano. Puntos aplicables tanto a la religión como al mito.
También en Europa se dió una escuela difusionista representada por autores alemanes y austriacos y generalmente conocida como la Escuela historico-cultural de Viena, cuya figura más prominente fue el padre Wilhelm Schmidt. Concepto fundamental para estos difusionistas fue el de círculo cultural como foco o complejo desde donde se difunden los elementos de la cultura, los cuales pueden encontrarse con otros procedentes de otros círculos, produciendo así una serie de posibilidades de rechazo, aceptación o mezcla en distinto grado.
Émile Durkheim es uno de los padres de la Sociología y como sociólogo se definía, pero también contribuyó notablemente al desarrollo de la antropología y al estudio de las mitologías, junto a su discípulo Marcel Mauss. Entre sus trabajos de investigación propiamente antropológica destaca su libro sobre las religiones primitivas, titulado: Las formas elementales de la vida religiosa (1912), que trata sobre el sistema totémico australiano. El texto de Durkheim trata sobre las ideas y prácticas religiosas de las tribus australianas del s.XIX que, pensaban los antropólogos de entonces, tendrían bastantes analogías con las primeras formas religiosas practicadas por los occidentales y los demás pueblos, al vivir en condiciones presumiblemente muy semejantes. Durkheim se había ocupado durante sus años de investigación principalmente de las sociedades del Occidente contemporáneo, es decir, fue fundamentalmente sociólogo, ocupándose esporádicamente de temas propios de la antropología, hasta que, en su madurez, realizó su libro sobre el totemismo, con la intención de retrotraerse a los orígenes de las prácticas religiosas. Concebía este estudio como fruto de la adquisición de una forma sociológica de estudiar la religión, a la que había llegado por influencia recibida desde 1895 por Robertson Smith.
R.Smith había fundido las ideas de la escuela alemana y holandesa de crítica bíblica, que sostenían la existencia de rasgos en el Pentateuco de una religión muy primitiva de la que habría surgido la judía, con la tesis de McLennan sobre el totemismo como religión originaria, escribiendo sus influyentes Lectures on the Religion of the Semites (1889), que además de Durkheim, manejarán hombres como J.Frazer o S.Freud, constituyendo un clásico en su época.
Después de ser combatido duramente por el difusionismo, el evolucionismo antropológico volvió a ser tomado en consideración desde 1930 en adelante, gracias al neoevolucionismo, que crecerá influido por el materialismo marxista de la mano de investigadores como L.White (La ciencia de la cultura, 1949) quien habla de una ley fundamental de la evolución basada en la cantidad de energía de la que puede disponer una sociedad; M.Sahlins (La sociología del intercambio primitivo, 1965); E.R.Service (La organización social primitiva, 1961); M.Fried (La evolución de la sociedad política, 1967) y, Marvin Harris (La naturaleza de las cosas culturales, 1964), quien acuñará el término materialismo cultural para calificar a su labor antropológica.
Cabe mencionar también a J.Steward dentro de los neoevolucionistas, quien, sin embargo, propone un esquema de desarrollo que responde a un evolucionismo multilineal, distinguiendo entre procesos evolutivos culturales de carácter universal (como la institución del tabú del incesto) y, procesos evolutivos que afectan a una sola área, e incluso, procesos evolutivos específicos que afectan a una sola cultura o sociedad. En la actualidad la idea de evolución cultural sigue vigente entre los antropólogos pero corregida y matizada por las objeciones de las últimas generaciones de estudiosos.
La investigación del mito para una cultura racionalista va asociada al estudio de las religiones. Las religiones se estudian hoy desde disciplinas diversas y complementarias: filosofía, psicología, sociología, antropología, historia de las religiones, lingüística y filología, etc..., que arrojan luz sobre la oscuridad de las tradiciones dogmáticas e ideológicas. No obstante, no faltan las investigaciones interesadamente subjetivistas que proclaman su propósito de adaptar los hechos a unos presupuestos teológicos como punto de partida. Tal fue el camino seguido por Teilhard de Chardin, jesuita que, tras aceptar el evolucionismo, lo situó dentro de un plan cristológico identificándolo con la escatología judeocristiana.
Pronto surgirían más corrientes de investigación propiamente mitológica como la de los Helenistas de la Escuela de Cambridge como Jane E.Harrison, F.Cornford (quien en 1912 publica su From Religion to Philosophy); y G.Murray. Cornford destacó que razón y mito no eran términos radicalmente enfrentados, e hizo ver que la filosofía griega entroncaba con la explicación mitológica que ofrecía Hesíodo. Ya Nietzsche y E.Rodhe habían sugerido, con otros acentos, algunos de estos puntos.
Surge también la Escuela simbolista. Corriente hermenéutica de análisis simbólico, para la que el mito es, ante todo, una intuición esencial del mundo de lo eterno, lo divino y lo sagrado, y una forma de expresar y comprender el mundo, distinta de la representación lógica. Jung; Eliade; Cassirer; W.F.Otto; K.Kerényi; O.Rank; J.Campbell y G.Durand, son los máximos representantes de esta tendencia, en la que está clara su perspectiva religiosa, espiritualista y marcadamenete antiracionalista. La escuela simbolista está ligada genéticamente con el Romanticismo alemán, compartiendo con los exponentes de este último movimiento, la idea de que en el mito se nos habla de una original concepción del universo de un modo figurado y profundo. Concepción muy apropiada para el teísta.
K.Kerényi en La religión antigua nos ofrecerá la idea de los mitologemas, imagenes o elementos narrativos que aparecen reiteradamente en la composición mítica; una gran idea, adoptada por variadas corrientes, que ha dado muchos frutos a la investigación. El método de la búsqueda de constantes míticas será llevada al delirio arbitrario por los arquetipos de Jung, y resituada en sus justos términos, como elementos constantes estructurales o mitemas por Lévy-Strauss.
Frente a las teorías que ven en el mito una forma de pensar y explicar el mundo a través de un simbolismo irreductible a la concepción lógica y científica del hombre moderno, surge el Funcionalismo que no trata de buscar la significación espiritual o intelectual de los relatos tradicionales que configuran el corpus mitológico de tal o cual pueblo, sino que insiste en la función social que esa mitología desempeña en la vida comunitaria. Ese es el sentido del mito según el funcionalismo: fundamentar los usos tradicionales y las normas de convivencia, presentándoles una justificación narrativa, avalada por la tradición y aceptada por todos. Funcionalistas son los antropólogos B.Malinowsky; Radcliffe-Brown y Evans-Pritchard. De acuerdo con el primero: “El mito, tal como existe en una comunidad salvaje, o sea, en su vivida forma primitiva, no es únicamente una narración que se cuente, sino una realidad que se vive. No es de la naturaleza de la ficción, del modo como podemos leer hoy una novela, sino que es una realidad viva que se cree aconteció una vez en los tiempos más remotos y que desde entonces ha venido influyendo en el mundo y los destinos humanos. Así, el mito es para el salvaje lo que para un cristiano de fe ciega es el relato bíblico de la Creación, la Caída o la Redención de Cristo en la Cruz. Del mismo modo que nuestra historia sagrada está viva en el ritual y en nuestra moral, gobierna nuestra fe y controla nuestra conducta, del mismo modo funciona, para el salvaje, su mito [ii]”.
También hay filologos de linea funcionalista, como Cl.Kluckhohn; J.Fontenrose; T.Gaster o W.Burkert, entre otros. Realmente funcionalismo y simbolismo no se excluyen, sino que es posible una combinación de ambos, como ha hecho Mircea Eliade en numerosos ensayos.
Entre las teorías más difundidas en la actualidad encontramos el Estructuralismo. Esta corriente se asienta sobre la noción básica de estructura. Los dioses no se ven como figuras sueltas e independientes, sino que en su interrelación se definen en un sistema. La mitología recoge y resume la ideología colectiva que se expresa en un sistema estructurado. Hay una impronta de la historia sobre el mito que se puede rastrear.

Claude Lévi-Strauss fue el primero en extender el análisis estructural procedente de la lingüística (Saussure; Trubetzkoy y Jakobson) a un campo no lingüístico: los productos culturales (sistemas de parentesco, mitos, sistemas culturales), fundando así la llamada Antropología estructural.
Siguiendo a Lévi-Strauss surgirán filólogos estructuralistas como J.P.Vernant o M.Dettienne. G.S.Kirk recoge criticamente el estructuralismo combinándolo con el funcionalismo y el enfoque de un historiador del mundo griego, siendo uno de los investigadores que mayormente ha intentado recoger lo más valioso de las distintas escuelas de investigación, procedimiento ecléctico, desde luego, cada vez más frecuente, puesto que la mayoría los citados grandes especialistas de hoy en día, están al corriente de las investigaciones de otros, procurando recoger en una teoría consistente las aportaciones de las distintas corrientes de investigación. El investigador mediocre, simplemente, se adscribe a la teoría que mejor encaja con sus propias opiniones y prejuicios, los verdaderos investigadores, con honestidad intelectual, no transitan solamente por las doctrinas que personalmente les satisfacen, sino que llevando a cabo la paciente y laboriosa labor de contrastación y deliberación racional, elaboran su visión de los problemas a partir de todas las aportaciones importantes sobre la materia. Procedimiento afortunadamente cada vez más frecuente y que los especialistas que están al corriente de las investigaciones de otros, procuran practicar.
La geología, el psicoanálisis y el marxismo constituyen las corrientes de pensamiento de cuya metodología adaptará Lévi-Strauss una buena parte a sus investigaciones. Reducir lo manifiesto a un modelo o estructura que lo vuelva inteligible (infraestructura en el marxismo; estratificación en geología; inconsciente en psicoanálisis) serían los principios comunes de estas disciplinas, que le aportan la idea fundamental de construir modelos de las estructuras sociales como tarea del etnólogo, modelos que no se construyen por vía empírica, pero que sirven para explicar el mundo empírico.
Recordemos sólo que el primer ejemplo del método estructural, originario de los estudios lingüísticos, aplicado a un mito griego, es de 1955. C.Lévi-Strauss tomó entonces como ejemplo el famoso mito de Edipo, para destacar en un análisis sus secuencias mínimas fundamentales (los mitemas) y destacar cómo, por debajo de la narración aparente, el mito revelaba otra significación en su estructura profunda. El mito es, pues, un lenguaje, de segundo orden, un tanto ambiguo, que presenta internamente un modelo lógico, que plantea los problemas y los dilemas fundamentales de una sociedad. Para Lévi-Strauss los mitos son expresión de una manera lógica de concebir el mundo, sólo que es ésta una lógica centrada sobre la clasificación de lo concreto y por tanto un tanto distinta de nuestra lógica científica centrada en los sistemas abstractos y en la clasificación de lo general, por eso la denominó El pensamiento salvaje (1962). Ese mismo año vería la luz El totemismo en la actualidad donde pondría en duda la universalidad de la religión totémica reafirmando, sin embargo, la universalidad de la prohibición del incesto y, por tanto, de los mitemas asociados a dicha estructura elemental del parentesco.
Poco se puede entender al leer la Biblia o la Biblioteca de Apolodoro sin familiarizarse con el estudio de los mitos y con las disciplinas que los analizan y que elaboran teorías para su comprensión.

[i] Evémero de Mesene: escritor de fines del s.IV a.C., hay que tener en cuenta que, como en tantos otros, su obra se ha perdido y se le conoce sólo por sus comentaristas.
[ii] Bronislaw Malinowsky Magia, ciencia y religión. Editorial Planeta-De Agostini, Barcelona 1993, pág.112-113.

Poesía lírica griega


LA POESÍA LÍRICA

RASGOS GENERALES DE LA POESÍA MONÓDICA

Safo de Éfeso

RASGOS GENERALES DE LA POESÍA ELEGÍACA

Sólon

Teognis de Megara

RASGOS GENERALES DE LA POESÍA YÁMBICA

Arquiloco de Paros

RASGOS GENERALES DE LA POESÍA CORAL

Píndaro


Por su temática, la lírica puede tener un contenido de gran variedad: abarca desde un canto de bodsa a una violenta sátira, la

1.- Rasgos generales de la poesía monódica.

La lírica monódica consiste en una ampliación de los elementos monódicos del complejo de música, danza y canto en que intervenían un coro y un solista. El proemio, el epílogo o las monodias que intercambiaban los coreutas entre sí o con el coro, podían ampliarse, llegando inclusive a la estructura ternaria. Esta lírica monódica se representó en el contexto del banquete o de la fiesta de grupos cerrados.

Es en la isla de Lesbos donde la monodia se desarrolló primeramente. Fanocles narra en su obra Erotes que mujeres tracias habían descuartizado a Orfeo, pero que su cabeza y lira fueron arrastrados por la corriente hasta Lesbos donde recibieron sepultura. La fama poética de la isla se debía a autores como Alceo y Safo, y, anteriormente a ellos, a Terpandro de Antisa. De ellos vamos a profundizar en su figura más polémica: Safo.

1.1.- Safo de Éfeso.

Perteneciente a los círculos de la aristocracia, hereda de ellos el culto a la belleza y el refinamiento, y el desprecio por la mujer rústica. Aparece rodeada de un círculo sáfico, un “coro de amigas”, a quienes, en conjunto o individualmente, se dirigen sus poemas. Cuando habla de sí misma se trata también de experiencias de belleza, de fiesta, de amor, en unión a las jóvenes.

Este es el ambiente de Safo, sólo hay, aparte de los Epitalamios, con excepción, breves poemas de amor heterosexual. El tema de Safo y su círculo de muchachas es polémico desde la antigüedad y recibe tres respuestas básicas:

a) Safo educaba a las muchachas nobles de Lesbos y Jonia, con lo que se ayudaba económicamente.

b) Hay una relación erótica en un mundo de ceremonias religiosas, fiesta, bebida, danza, bella naturaleza, hermosos vestidos, y con Safo en el centro. Es un centro paralelo a los masculinos existentes, pero con intereses diferentes.

c) Se presenta a Safo como una bisexual.

Toda prostitución o corrupción son inciertas, pero las ideas del círculo y de centrarse en torno a los cultos eróticos, a la belleza y al amor no pueden rebatirse y hay que comprenderlos dentro de una sociedad en que los sexos viven, en el plano afectivo, vidas separadas y sólo coinciden en el matrimonio, con fines reproductores.

Su obra culmina en los poemas que se refieren a su círculo femenino y expresan sus sentimientos más personales.

Destacan sus Himnos, dedicados a distintas divinidades, destacando Afrodita. También destacan un grupo de poemas denominados Epitalamios, poemas de encargo compuestos para ser cantados de forma coral en las bodas de Lesbos.

Su lenguaje es sencillo, entretejiendo epítetos tradicionales y nuevos, ligados a su mundo de belleza y enlaza nuevas imágenes, incluso mitos, con un estilo directo y claro.

2.- Rasgos generales de la poesía elegíaca: Solón y Teognis.

Tiene su origen en los discursos de la epopeya, de los que extrae su carácter exhortativo, algunas descripciones y elementos lingüísticos. También cuenta con una raíz popular, el canto de duelo, donde se mezcla el duelo y la alegría báquica. Su métrica es el dístico elegíaco donde, acompañados de flauta, se alterna el relato con el lamento del coro.

También se relaciona la elegía con cultos religiosos, como el de Deméter, y con la épica.

La Elegía es la poesía de la exhortación y la reflexión sobre los temas más diversos: militares, políticos, morales, himnos a los dioses, temas autobiográficos. Su medio de difusión más común es el banquete.

2.2.- Solón.

Es fundamentalmente un hombre de estado: la elegía y el yambo son armas políticas de ataque, defensa o advertencia.

Los movimientos revolucionarios de la antigüedad exigían:

- cancelación de deudas,

- nueva distribución del suelo.

De estas dos exigencias Solón cumplió la primera, con la prohibición de las deudas que empeñaban a las personas. Prosiguió su obra con una reforma de las medidas y monedas y la concluyó con una legislación nueva.

Su creación poética es parte de su actividad en el mundo, con dos ideas básicas:

a) Reconocimiento del hombre obligado a todos sus actos, y de la futilidad humana.

b) Confianza profunda en un justo gobierno del mundo.

El pensamiento esencial de la ética es la sana medida, y la moderación. En sus elegías se orienta más hacia lo general, mientras que en el yambo habla en causa propia sobre la potencia divina en las cosas, también habla de los largos viajes que emprendió al concluir su obra política.

2.2.- Teognis de Megara.

Con su nombre se recopilan 1.400 versos en metro elegíaco, cuya estructura y naturaleza plantean serios interrogantes incluso de autoría.

Su poesía es propia de los simposios, banquetes… Se evoca a los dioses y se trata el tema del amor heterosexual y homosexual; del mismo modo que se habla de la situación del Estado y del inminente peligro persa. Estas elegías son el eco del rencor y protesta de la aristocracia.

La diversidad de su obra hace suponer diversos autores. De lo que no se duda son de sus poemas de Cirno, escritos en su vejez a su amado joven Cirno.

3.- Rasgos generales de la poesía yámbica: Arquíloco.

Se caracteriza por la admisión del ataque personal y nominal, cuya prolongación natural será la comedia.

La influencia ejercida por la épica sobre el yambo es menor que sobre la elegía. El origen del yambo se encuentra en canciones rituales sitíricas y obscenas de los cultos de Dionisos y Deméter, así como en refranes populares. Por su ritmo, más próximo a la lengua hablada, fue el metro adoptado por la poesía más realista.

Desde el siglo VII esta poesía yámbica, igual que la elegíaca, era cantada al son de la flauta. Antes debía ser solamente recitada.

El pensamiento más expresado en el yambo y también en la elegía es una modificación de la ideología de la aristocracia debida al individualismo de los siglo VII y VI a.C.. Los motivos populares son más frecuentes en el yambo, pero también el pensamiento aristocrático, ya que su desarrollo se realiza en el banquete y las reuniones aristocráticas.

3.1.- Arquíloco de Paros.

Su persona se sitúa en la época de las grandes colonizaciones, el siglo VII a.C., en que se ponía en entredicho la posición y los conceptos de clase de la aristocracia. Se ganaba la vida como mercenario extranjero.

La lucha era su elemento, y lo que la clase aristocrática consideraba como una tradición inamovible suscitaba su oposición, careciendo de significado la tradición, que veía como algo ilusorio. Así, habla con cinismo de la perdida de su escudo. Los motivos primitivos de la lírica, como el vino y el amor, están también presentes en su obra.

Entre su obra se encuentra los Épodos, género popular que adquiere categoría literaria con nuestro poeta. De origen popular son sus ritmos y el tema del ataque personal y de sátira. Para su composición Arquíloco se ha inspirado en Homero y Hesíodo. Normalmente, cada épodo se reparte en dos mitades equilibradas con un mito central, que a menudo es sustituido por una fábula. El mito o fábula central a veces es colocado al principio o se reduce a un sólo verso o se sustituye por una anécdota o incluso desaparece. Los épodos expresan los sentimientos más personales del poeta.

En sus yambos escasean las descripciones y exhortaciones, al igual que en sus épodos, lo que unido a la presencia de la fábula, le diferencia de la elegía.

En sus tetrámetros trocaicos se desvela su estado de ánimo inseguro de sí mismo y resignado y valeroso de la aristocracia de la época minada por el individualismo.

Arquíloco, en contraste con la épica, pone en primer plano el “ahora”, el “aquí”, el “yo” y no intenta actuar sobre otros hombres con sus poemas, sino que se limita a exponer sus sentimientos e ideas, que son elementales: odio y amor.

Arquíloco pasó a la posteridad como el fundador del yambo, mostrándonos la movilidad del espíritu, la violencia en el ataque y la sátira, la naturalidad y el realismo que caracterizan este género.

4.- Rasgos generales de la poesía coral: Píndaro.

Tiene un carácter religioso y presenta como primer tipo formal el constituido por el proemio y/o epílogo que acompañaban a la acción ritual o el clamor de un coro, cantado por el corego. Esta poesía hímnica no siempre sigue el esquema que comporta una sola intervención del coro y otra del solista, pues pueden multiplicarse las intervenciones.

Los principales tipos de poesía popular son:

a) Pean: adscrito al culto de Apolo.

b) Treno: canto funerario en honor de personas muertas o héroes que morían en el mito.

c) Himeneo: o canto nupcial.

El tipo más antiguo de lírica coral es la mixta, con un proemio y un final monódicos, contados en principio por el corego, y un canto coral. Posteriormente, este tipo de lírica fue sustituido por otro totalmente coral.

4.1.- Píndaro.

Su poesía va dirigida al hombre griego que ennoblece su vida en la espléndida actividad del deporte. Es el poeta de príncipes y fiestas comunes, y es la máxima y última cumbre de la poesía coral.

El principal objeto de la lírica coral pindárica es la celebración de las victorias atléticas en los cuatro centros principales de la agonística deportiva: Olímpia, Delfos, Nemea y Corinto.

No hay juego que no esté consagrado a uno de los dioses, con lo que queda asumida la presencia de los héroes pasados y del hombre que interviene en ellos.

Píndaro fue compositor del texto y la melodía de sus himnos, y a veces era director de coro, de la música y de la ejecución coreográfica.

De su obra, himnos a los dioses, cantos procesionales, coros femeninos, cantos para la danza, trenos para conmemoraciones funerarias, epinicios… sólo se conservan los Epinicios.

Hay dos tipos de epinicios:

a) Formal, para glorificar al vencedor de un juego y a su pueblo.

b) De oferta, para ofertar de forma disimulada los servicios del poeta para la elaboración de un epinicio formal.

En el epinicio se distingue también un elemento de actualidad, un mito y una sentencia.

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